Cuando los problemas afloran creemos que siempre tendremos un hombro donde apoyarnos,lo más normal es que esto ocurra pero no es cierto,por momentos estas sólo,no sabes donde mirar,que camino escoger, de repente el paso se convierte en puente y se hace muy largo.
En condiciones normales los problemas que te van surgiendo son más o menos gordos dependiendo de la importancia que uno les de,si son de índole menor tiendes a ni siquiera contarlos,es más, primero los solucionas y luego si es menester los cuentas, en esta caso ni siquiera llegas a considerarlo como un problema, es una simple cosita que te ha ocurrido y ya pasó.
Cuando el problema empieza a tomar consistencia ya recurres al consejo externo,si la implicación en el preguntado no es alta ,lo lógico es que tienda a darte un simple consejo, en el supuesto de que sea alguien con fuertes convicciones tenderá a decirte cual es la mejor de las soluciones,en cualquiera de estos dos supuestos tendrás la sensación de que todo marcha sobre ruedas y no hay lazos mas fuertes que los que te mantienen unidos a los tuyos, pero entramos en la dimensión del "problemón", aquí ya empezamos a pinchar en hueso, si este problema sale a la luz seguramente tendrá más connotaciones de las que uno espera, para todo habrá una opinión ,para cada solución otra diferente y el lío se convierte en mayúsculo,esto no es del todo malo porque la visión externa te da otra perspectiva del problema, siempre y cuando mantengas una actitud neutra de todo lo que va entrando en tu cabeza, ahora bien una vez que sales de la nebulosa de opiniones llega el momento de irte a casa,estar en tu trabajo o donde narices te encuentres y en ese instante ya no hay nadie,sólo estás tú con tú historia y quizás,sólo quizás,es cuando más necesitas una palabra de ánimo,sentir que no estás sólo, que alguien más vela por tí...nunca esperes ese momento porque si no llega sentirás la mayor de las decepciones,la gente acude si la llamas, sólo unos pocos tienen la cualidad de detectar el dolor ajeno y acudir al rescate a excepción de esa "superraza" llamada MADRE.
Si deseas que la soledad no te embargue haz por no estás sólo.
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