Discernir lo bueno de lo malo a veces es tan simple como querer hacerlo , comprender los porqués es inversamente proporcional al grado del enfado y resolver de manera eficaz es sólo la resultante que uno tenga para crear un nuevo enemigo o dejar las cosas como estaban con o sin mácula , no obviemos que aunque perdonemos nuestra capacidad para olvidar sigue siendo limitada.
En anteriores entradas ya comenté la facilidad que tienen algunas personas para sentirse ofendidas por cosas fatuas , es otra cualidad intrínseca del ser humano la de crearse fantasmas , si hasta hay programas de televisión que se lucran con ello. No me extraña por tanto que cualquier nimia cosa a veces parezca el Titanic en un vaso , sin embargo lo que me ha llamado poderosamente la atención es a quienes se les aparecen los fantasmas con una constancia usitada , aquellos que viven en una franja alejada del bien y el mal son los más propensos a sentirse insultados u ofendidos ¿cómo estas personas de aparente porte sobrio y sin notas de debilidad caen antes en esa cuenta que cualquier otro? mi teoría es la falta de brega en estas peleas emocionales , alguien acostumbrado a caminar por la vida siendo un ser seguido y pocas veces discutido es puesto en jaque cuando las demás piezas actúan con un libre albedrío en el que el rey no entiende nada , los ejércitos se crearon para proteger y servir pero en toda tropa siempre pasa que en algún momento los generales deciden pensar y no sólo obedecer , es por esto que el rey se queda sólo y cuando uno esta sólo sin costumbre empieza a plantearse cómo ha llegado a esa situación , la respuesta más manida suele ser la traición y el afán por dañar a quién un día dio de comer , la respuesta más lógica es la de pensar que no todo gira alrededor de uno mismo y que aquello que parece irremediablemente una falta de respeto no es más que una consecuencia de otras acciones a las que uno nunca presto atención porque estaba demasiado enfrascado en su propio mundo.
Parece pues que encontrarle sentido a ser un sentido lejos de ser una redundancia parece más una simple cuestión de lógica aunque nos empeñemos en usar aquello -" del piensa mal y acertaras"- no conviene olvidarse de la coletilla que nos comemos a voluntad - " y alguna vez te equivocarás"-.
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